El desierto de Nafud, o el Gran Nafud, se encuentra en la parte norte de la península arábiga, entre la cidad de Hail, Tayma y Dumat Al-Jandal, en un área de 65.000 kilómetros cuadrados. Este desierto sirvió como barrera y protección de la península arábiga frente a los ataques de los grandes imperios que venían del norte, el romano y el persa.
No hay duda que este desierto desempeñó un papel fundamental en la protección del reino y que además también poseyó vida, puesto que hasta día de hoy se pueden observar algunos rastros de actividad humana que provienen de la antigüedad.